El curso pasado, mi profesor de Creatividad entró en clase y dijo:
-¡Hoy os propongo un juego!
Nosotros acostumbrados a dar casi siempre teoría, esto nos picó la curiosidad y nos pusimos a escucharle atentamente.
-Esta historia trata de un publicitario que vivía en París. Como un día cualquiera, se levantó y se marchó hacia el trabajo. Cuando iba caminando por la calle, pasó por delante del típico mendigo que pide dinero en la acera con un cartel de cartón. El hombre pasó por enfrente del mendigo mirándolo de reojo, como todos hacemos. El día transcurrió con normalidad, pero de vuelta a casa volvió a pasar por la misma calle y volvió a ver al mendigo de esa mañana. En esta ocasión, se paró, cogió el cartel de cartón y escribió algo en él. Al día siguiente, cómo marca la rutina, el publicitario pasó por el mismo sitio pero el mendigo lo detuvo y le preguntó qué había puesto en el cartel, porque desde ese momento todos los que pasaban por allí le daban dinero.
En este momento, mi profesor nos planteó escribir en un folio, a modo de cartel, lo que nosotros hubiéramos puesto en el cartel.
No es lo mismo poner ¨Soy ciego¨que ¨Vivo en París y no puedo ver¨.
No hay comentarios:
Publicar un comentario